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domingo, 21 de marzo de 2010

EN LAS PUERTAS DEL CIELO

Tres hombres llegan simultáneamente a las puertas del cielo.
San Pedro sale y les dice:
-"Tenemos malas noticias para dos de ustedes; se nos cayó el sistema en el área de admisiones y sólo puedo dejar entrar a uno de los tres esta semana. Los otros dos tendrán que esperar en el infierno unos días mientras reparamos el fallo, lamentablemente no puedo hacer otra cosa".

San Pedro continuó explicando:

-"La persona que cuente la mejor historia de cómo murió, será la que pueda entrar en el cielo hoy".

Los tres hombres asintieron. San Pedro los hace pasar de uno en uno a su oficina para que los otros no escuchen y puedan mejorar su historia.
El primer hombre pasó y empezó a relatar:
-"Presentía que mi mujer me estaba engañando, así que esa tarde llegué temprano... Subí los 25 pisos del edificio por la escalera para no hacer ruido con el ascensor..., abrí la puerta de mi apartamento y allí estaba ella, la muy puta, tendida en el suelo y ¡desnuda!
Sabía que la había pillado.
Corrí por todo el apartamento en busca del amante; arriba, abajo, debajo de la cama, en todos los armarios... ¡NADA!
Estaba a punto de pedirle disculpas
por ser tan mal pensado, y mientras ella me decía que siempre hacia gimnasia desnuda, oí unos ruidos en la ventana......
¡¡¡SCRATCH, SCRATCH, SCRATCH...!!! Abrí la ventana y allí estaba el hijo
de puta, colgando de la cornisa. Agarré mi bate de béisbol y le di duro en la cabeza. Vi cómo se caía, pero tuvo suerte el infeliz y aterrizó en un montón de bolsas de basura. ¡Se estaba moviendo!
Desesperado porque se me escapaba, cargué el mueble bar hasta la ventana. Con gran esfuerzo lo puse en la cornisa, pero al empujarlo se me enganchó la camisa, por lo que caí con el mueble bar y encontré mi muerte.
¡Pero estoy feliz porque me cargué al puto cerdo!

San Pedro no podía imaginarse historia más increíble, cuando hizo pasar al segundo hombre:
-"Bueno, yo soy un limpiador de ventanas. Estaba haciendo tranquilamente mi trabajo en un piso alto, cuando una de las cuerdas repentinamente se rompió. Me agarré de la plataforma, pero se me fueron resbalando las manos hasta que caí al vacío. Levanté las manos pensando en mi muerte y esperando que Dios me recogiera.
Afortunadamente logré agarrarme a una de las cornisas del
edificio. ¡¡¡ESTABA SALVADO!!! Estaba dando gracias a Dios e intentando que la gente que estaba dentro del edificio me salvara definitivamente.
Empecé a rascar en la ventana para que alguien me ayudara, cuando repentinamente un cabrón la abrió y en lugar de ayudarme ¡¡¡me pegó un tremendo golpe con un bate de béisbol!!! Caí al vacío otra vez, maldiciendo a esa mala persona, cuando mi ángel de la guarda me permitió seguir viviendo, poniendo un
montón de bolsas de basura justo bajo mi caída… Cuando conseguí abrir los ojos para agradecer a Dios tanta fortuna, ¡un mueble bar estaba cayendo encima de mí! Y gritaba con terribles alaridos. Comprendí que Dios me quería a su lado. Sin duda era mi destino y así encontré la muerte".

San Pedro estaba estupefacto. Hizo pasar al último hombre y le dice:
"Hijo, más vale que tengas una muy buena historia, porque las dos anteriores... ¡¡realmente son increíbles!!
Así, el hombre lo miró y comenzó...
-"Bien, seré breve, imagínate esto: estoy en pelotas, escondido en un mueble bar….

BREVE Y BUENO

Estaba un viejito sentado en un banco de una plaza, cuando un muchacho se sienta a su lado con los pelos tiesos y teñidos de azul, rojo, amarillo y verde. El viejo se queda mirándolo un rato, atónito; hasta que el chaval le dice:
- Qué pasa gilipollas? ¿Qué miras con esa cara, nunca has hecho una locura en tu vida ?
A lo que el viejo, sin exaltarse, le contesta:
- Sí, una vez me emborraché y me follé a un loro... Y justamente me preguntaba... No serás mi hijo?

Problema campesino

El Gumersindo le decía al dueño de la hacienda:

...Fíjese patroncito que juimos al dotor y le dije: mire dotor, es que tenemos un problema: mi mujer y yo queremos tener condescendencia y no podemos, pero no sabemos si es porque yo soy omnipotente o mi mujer es esmeril.

...Desdiantes juimos a otro dotor y nos dijo que mi mujer tenia la vajilla rota y la emperatriz subida, y como ademá la operaron de la basílica, no sabemos si eso tiene algo que ver. A mi desdiace años mi operaron de la protesta y a lo mejor eso me dejó escuelas en el cuerpo...

...Nos dijeron que juéramos con otro dotor, pero en la capital, que dizque era muy güeno. Con dicirle que en la consulta tenía dos teles conetadas a una antena paranoica.

...En esa consulta, a mi mujer le hicieron una coreografía y el dotor nos dijo que no veía nada raro y nos recomendó que hiciéramos el cojito a diario...

…Entonces por 15 días ella y 15 días yo, nos estuvimos haciendo los rencos, pero nada...

…Nos juimos a otro dotor que nos dijo que hiciéramos vida marítima mas seguido. Y nos juimos pallá pa la costa y en todas las playas hicimos vida marítima, pero nada, eso no ha injluido…

…Mas bien yo lo que creo es que mi mujer es frigorífica, porque nunca llega al orégano, pero ella dice quesque lo que yo tengo es un problema de especulación atroz, pero un compadre me dijo que ella puede ser libiana...

…Usté qué piensa patroncito???

Y el patrón le respondió: Gumer, yo creo que tu mujer te está engañando.... Ella debe estar tomando pastillas anticorrosivas....

La cortadora de pepinos‏

> >> Un hombre trabajaba hacía muchos años en una fábrica de
> >> enlatados.
> >>
> >> Un día le confesó a su mujer que estaba poseído por una
> >> terrible obsesión, un impulso incontrolable de meter su pene en la
> >> cortadora de pepinos. De meterlo ahí y que pasara lo que tuviera que
> >> pasar.
> >>
> >> Espantada, la esposa le sugirió que consultara con un
> >> psicólogo, que no era normal que quisiera meter su miembro en la
> >> cortadora de pepinos. El marido prometió que lo pensaría, pero continuó
> >> repitiéndole a la esposa el mismo cuento, hasta que ella, aburrida, un
> >> día le dijo:
> >>
> >> - Pues mételo en la cortadora de pepinos y no me fastidies
> >> más... ¡¡¡Es tu problema!!!
> >>
> >> Al día siguiente, el marido llegó a casa cabizbajo,
> >> profundamente abatido.
> >>
> >> - ¿Qué pasó? le preguntó la mujer, preparándose para lo
> >> peor.
> >>
> >> - ¿Te acuerdas de mi compulsión de meter el pene a la
> >> cortadora de pepinos?
> >>
> >> - ¡Oh, no! - grito la mujer - ¡dime que no hiciste eso!
> >>
> >> - ¡Sí, lo hice!
> >>
> >> - ¿Oh Dios, y qué pasó?
> >>
> >> - ¡Me despidieron...! - respondió el marido.
> >>
> >> - Y, ehhh ... La cortadora de pepinos ¿Que te hizo?, ¿Te
> >> lastimó?
> >>
> >> - NOOO... A ELLA TAMBIEN LA DESPIDIERON!!