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viernes, 30 de septiembre de 2011

TE CONOCE‏

Un matrimonio decide viajar a New York de vacaciones, ya que el marido hablaba inglés perfectamente. En la aduana, haciendo los trámites, el empleado le preguntaba, lógicamente en inglés.

- Buenos días señor, ¿me entrega su documentación y la de su esposa?

* Aquí las tiene, caballero.

La mujer, como no entendía nada, le pregunta..

- Mi amor, ¿qué ha dicho?

* Me ha pedido los papeles.

El empleado de la aduana vuelve a preguntar.

¿Tienen algo que declarar?

* No, absolutamente nada.

Nuevamente la esposa.

- ¿Que dice ahora, cariño?

* Que si llevamos algo que tengamos que declarar.

Continúa el empleado con unas preguntas.

- ¿De dónde vienen ustedes, señor?

* Somos españoles.

Nuevamente insiste la mujer.

- Cariño, ¿qué ha dicho?

* Pregunta de dónde venimos.

El empleado entonces comenta:

¡España! Estuve unos días allí hace tiempo. Magnífico país,estupendo clima y buenísima gastronomía, aunque tuve una experiencia un tanto negativa. Conocí a una mujer que era insoportable, no me dejaba en paz, no paraba de hablar, era lo más pesado que he conocido en mi vida, hablaba y hablaba, como una cotorra. Además, tuve sexo con ella,el peor sexo de mi vida.

- ¿Qué ha dicho, cielo?

* Que te conoce

martes, 30 de agosto de 2011

LO QUE LE GUSTA AL GITANET, MANUE

Estaba el gitano Manué hablando con su compadre Rafaé y le dice:

-A mí toas las palabras que acaban con la letra R que me gustan mira tú, el comeR, el bebeR, el joeR, el sisaR, el nadaR en la piscina, como puévé que tó lo que acaba en R é bueno.

-Compadre, dice Rafaé, y trabajar también te gusta?

-Trabajalll ??

"No se metan con la Tercera Edad"......

Una simpática dama de la tercera edad decidió regalarse por su cumpleaños el gusto de pasar la noche en uno de los hoteles más caros de su ciudad.

Cuando a la mañana siguiente se acercó a cancelar, el recepcionista le entregó una cuenta de $ 350 dólares!!!!

Ella explotó de ira y exigió saber por qué la cuenta era tan alta. "Es un buen hotel pero las habitaciones sin duda no valen 350 dólares por pasar una noche y sin desayuno."

El empleado le dijo que $ 350 era la "tarifa estándar" por lo que insistió en hablar con el Gerente.

El Gerente apareció y advertido por el empleado de recepción anunció: ". El hotel tiene una piscina de tamaño olímpico y un gran centro de conferencias, que están disponibles para su uso"

"Pero yo no los usé", dijo.

''Bueno, ellos están aquí, y usted pudo usarlos ", explicó el Gerente.

Luego pasó a explicar que ella también podría haber visto uno de los espectáculos internacionales del hotel por lo cual es famoso. "Los mejores artistas internacionales se presentan aquí", dijo el Gerente.

"Pero yo no fui a ninguno de esos shows", dijo.

"Bueno, nosotros los tenemos, y usted los pudo ver", contestó el gerente.

Sin importar lo que el Gerente mencionara, ella respondía: "Pero yo no lo usé!"

El Gerente no se inmutó, por lo que decidió pagar un cheque y se lo entregó.

El Gerente se sorprendió cuando vio el cheque. "Pero señora, este cheque sólo está hecho por $ 50."

''Eso es correcto. Yo le he descontado $ 300 por dormir conmigo ", respondió ella.

"Pero no lo hice!" exclamó el Gerente muy sorprendido.

"Bueno, mala suerte, yo estaba aquí, y usted podría haberlo hecho."

COMO LA VIDA MISMA

Él esta tumbado, medio tirado en el sillón. La camiseta sin mangas, deja notar una enorme barriga cervecera. Con los pantaloncitos cortos y las zapatillas de dedo, sus peludas piernas descansan sobre el cojín del suelo. La barba no afeitada del fin de semana, el brillo del sudor en su cara y el poco pelo que le queda despeinado, terminan de describir la estampa.

En la mano, una cerveza. En la otra, el mando del televisor. En la mesa, dos latas de cerveza ya vacías, el cenicero lleno y un plato con cáscaras de cacahuetes. Un cigarrillo, cuelga de la comisura de sus labios.

Viendo el partido de fútbol en la televisión, apenas dice ni hace nada si no es para acordarse de la familia del árbitro.

Ella sale de su habitación, monísima, guapa, elegante, arreglada y perfumada, pasa por delante de él cuando le pregunta:
¿Adonde vas tan empingorotada?

Ella le contesta:
A dar un paseo con mis amigas

Antes de salir por la puerta, se detiene un momento, se queda mirando el lamentable cuadro y le hace esta pregunta:
¿Será posible que yo un día vuelva a amarte?

A lo que él, sin apartar los ojos del televisor, responde:
Y tú, ¿cuándo cojones has estado en Marte?