Translate this blog

Buscar en este blog

viernes, 19 de marzo de 2010

LA CREMALLERA DE LA FALDA

Cuando el autobús se detuvo a recoger a los pasajeros ella se dió cuenta de que su falda era demasiado estrecha para permitirle subir.

Algo avergonzada le sonrió al conductor y llevó la mano hacia atrás y bajó un poco la cremallera pensando que tal vez eso ayudaría. Intentó subir, pero no pudo. Sintiéndose todavía más avergonzada, bajo la cremallera un poco más y volvió a intentar subir bus, pero sin éxito. Casi llorando de verguenza bajó del todo la cremallera y de nuevo no pudo subir al autobús.

Entonces un tipo alto que estaba detrás de ella en la fila la levantó por la cintura y la subió al autobús.

Furiosa, ella se volvió hacia el buen samaritano y le gritó: ¿Cómo se atreve a tocarme? ¡Yo a usted no lo conozco!.

El hombre, con una amplia sonrisa, dijo suavemente: "Bueno señora, yo normalmente no hago estas cosas, pero después de que usted me bajó tres veces la bragueta, me figuré que ya éramos amigos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario